Resonancia Magnetica Articular
¿Cómo funciona?
La Resonancia Magnetica Articular es una técnica avanzada de diagnóstico médico que utiliza imanes y ondas de radio para obtener imágenes detalladas de las articulaciones sin exponer al paciente a la radiación. Es especialmente útil en el estudio de lesiones, inflamaciones y trastornos articulares. La Resonancia Magnetica articular permite a los médicos visualizar estructuras como ligamentos, tendones y cartílagos con gran precisión, lo que facilita un diagnóstico más preciso y un plan de tratamiento adecuado. Esta técnica no invasiva se ha convertido en una herramienta indispensable en la medicina moderna, ayudando a mejorar la calidad de vida de los pacientes y agilizando la recuperación. Si buscas información sobre esta técnica innovadora, descubre cómo puede beneficiarte en tu salud articular.
¿La Resonancia Magnetica Articular se puede hacer con y sin contraste?
La resonancia magnética articular se puede realizar con o sin contraste, ofreciendo cada opción sus propios usos y beneficios. El médico será quien decida cuál es el tipo de resonancia magnética más adecuada para cada situación específica.
Resonancia Magnetica Articular sin Contraste:
La resonancia magnetica articular sin contraste es una técnica no invasiva de imagen que utiliza ondas de radio y un campo magnético para generar imágenes detalladas del interior del cuerpo. En este caso, se obtienen imágenes de alta resolución de las estructuras y tejidos articulares, como huesos, cartílagos, ligamentos, tendones y músculos. Esta modalidad es ideal para detectar lesiones, inflamación, desgarros y otras condiciones en las articulaciones.
Resonancia Magnetica Articular con Contraste:
La resonancia magnética articular con contraste implica la administración de un agente de contraste antes o durante el examen. Este agente de contraste, inyectado en la vena del paciente, resalta ciertas estructuras y procesos en el cuerpo durante la resonancia magnética. El contraste mejora la visualización de áreas específicas, como inflamación, tumores, infecciones, tejidos dañados o regiones con un mayor flujo sanguíneo. Esta modalidad resulta especialmente útil para detectar detalles más finos o cuando se sospechan ciertas condiciones que pueden no ser claramente visibles en una resonancia sin contraste.