La peritonitis es una condición clínica en la que hay inflamación del peritoneo, la membrana que recubre los órganos de la cavidad abdominal, generalmente debido a una infección. Esta es una emergencia médica porque, si no se trata, la peritonitis puede provocar infecciones graves y potencialmente mortales que afectan a todo el cuerpo.
Generalmente, esta infección tiende a tratarse con algunos antibióticos, aunque, en situaciones más complejas, lo más recomendable es realizar una intervención quirúrgica. De hecho, la peritonitis representa la complicación más grave de la apendicitis y debe tratarse con una apendicectomía.
Contexto anatómico-funcional
El peritoneo es una membrana continua que recubre la cavidad abdominal y parte de la pélvica, y que entra en contacto con todos los órganos del aparato digestivo, manteniéndolos en su sitio.
Consta de dos capas que están en continuidad entre sí: una es el peritoneo más externo, llamado parietal, que recubre las superficies de las paredes abdominal y pélvica, y la otra capa es el peritoneo visceral, que recubre la mayor parte de las vísceras contenidas en la cavidad abdominal.
La porción principal del peritoneo, el epiplón mayor, forma un pliegue que entra en contacto con el intestino, y su función es contener la inflamación y, en caso de infección o enfermedad local en la cavidad abdominal, minimizar su extensión por el resto del organismo.
Descripción de la peritonitis
Cuando por diversas causas, principalmente una infección bacteriana o fúngica, el peritoneo sufre un proceso de inflamación, tenemos peritonitis. La inflamación es un mecanismo de defensa de nuestro organismo ante la presencia de daño potencial o real, en el que intervienen diversos factores: por lo general, cuando la inflamación o inflamación está en curso, se presenta una condición de hinchazón, enrojecimiento por la atracción de sangre, líquido acumulación y dolor en la zona afectada.
Existen dos tipos de peritonitis:
- Bacteriana espontánea: este término se usa para detallar una infección de ascitis aguda, es decir, una acumulación de líquido anormal a nivel del abdomen sin fuente de infección identificable. En ocasiones, esta patología se desarrolla tras una complicación por enfermedad previa como cirrosis, hepatitis o enfermedades renales.
- Secundaria: ocurre cuando la peritonitis termina en una perforación del abdomen o es resultado de complicaciones generadas por otras patologías médicas.
Causas más comunes
Puede ser una complicación de diversas condiciones como apendicitis, diverticulitis, úlcera péptica, enfermedad de las vías biliares, inflamación del colon, vólvulo, obstrucciones estranguladas, perforaciones, neoplasias intestinales. Puede ocurrir después de un traumatismo abdominal, como heridas de bala, heridas de arma blanca, traumatismo por aplastamiento por accidentes de tráfico.
Puede representar una complicación postoperatoria secundaria a derrame intestinal intraoperatorio o en pacientes particularmente comprometidos con diabetes, neoplasias malignas, desnutrición, en tratamiento con esteroides. Puede resultar de sesiones continuas de diálisis peritoneal.
Se produce edema tisular, seguido pronto por la formación de exudado. En este punto, el líquido presente en la cavidad peritoneal se turbia producto de los niveles de proteínas, sangre, restos celulares y glóbulos blancos. Ante esto, la respuesta oportuna del tracto intestinal es hipermotilidad, pronto seguida de íleo paralítico con acumulación de aire y líquido en el intestino.
Síntomas y complicaciones
La peritonitis tiene los siguientes síntomas:
- Dolor abdominal
- Náuseas y vómitos
- Fiebre
- Tensión abdominal e hinchazón
- Estreñimiento o diarrea
- Pérdida de apetito
- Disminución de la producción de orina
- Sed
- Cansancio y malestar
- Confusión
La peritonitis debe tratarse de inmediato, porque la infección puede extenderse más allá del peritoneo al resto del cuerpo, donde puede causar sepsis. Esta es una afección considerada como mortal que se caracteriza por ocasionar shock, insuficiencia del organismo y la muerte.
Además, el proceso inflamatorio puede desencadenar una obstrucción del intestino producto de la formación de adherencias. Las dos complicaciones postoperatorias más frecuentes son la fuga de vísceras de la herida quirúrgica y la formación de un absceso.
Cualquier dolor en un área del abdomen o la sensación de que algo se ha rendido informado por el paciente debe informarse de inmediato al médico. Incluso un drenaje quirúrgico que de repente asume un aspecto seromático debe hacer sospechar la dehiscencia de la herida.
A menudo, la inflamación no está localizada y toda la cavidad abdominal se ve afectada por una sepsis generalizada, que es la principal causa de muerte por peritonitis. Otras complicaciones graves son la septicemia y la hipovolemia, que pueden derivar en shock.
Diagnóstico de peritonitis
Cuando se trata de la peritonitis bacteriana o secundaria, es importante que el medico te recete alguna de las siguientes pruebas para confirmar el diagnóstico:
- Análisis de sangre, para comprobar tanto el número de glóbulos blancos como la presencia de bacterias.
- Placa (radiografía) para verificar si existen otras perforaciones en el tracto intestinal.
- Tomografía computarizada de abdomen, un examen que utiliza rayos X y ofrece una imagen del tejido afectado en todos los planos de rotación.
- Ecografía transabdominal: examen que, a través de la ecografía, permite obtener una imagen estructural de la porción del cuerpo afectada.
- Examen del líquido peritoneal para asegurarse de que hay un incremento en el número de glóbulos blancos.
Tratamiento de la peritonitis
La peritonitis es una afección médica de emergencia y debe tratarse de inmediato. Los tratamientos para la peritonitis incluyen:
- Administración de antibióticos, medicamentos dirigidos contra bacterias y utilizados para combatir la infección y prevenir su propagación;
- Cirugía, es la mejor opción al momento de eliminar el tejido infectado. Además, permite tratar efectivamente la infección y evita que se propague por el resto del organismo, sobre todo, si es ocasionada por la ruptura del apéndice.
La peritonitis, por tanto, es una urgencia clínica en la que se produce una inflamación del peritoneo, la membrana que recubre la cavidad abdominal. A menudo es una complicación de la apendicitis y debe tratarse con una apendicectomía.
En caso de dolor abdominal o alteraciones del equilibrio intestinal normal, siempre es recomendable consultar al médico, para evitar que se desencadene una peritonitis por patologías más simples. De gran importancia es el diagnóstico oportuno de apendicitis, especialmente en niños. Una ecografía de control abdominal, para pacientes predispuestos y con determinados factores de riesgo, puede ayudar a identificar procesos inflamatorios adecuados.

Carlos Eduardo Rivera Urbina